¿Sabes cuando estás estresado?, ¿Eres consciente qué tan estresado estás en está época de incertidumbre y cambios?, es muy importante que entiendas esto porque el estrés disminuye dramáticamente la efectividad de tu sistema inmune y de tu sistema disgestivo, ambos imprescindibles para hacerle frente a estos días de aprendizaje.
De cuando no sabía lo mal que vivía…
Como te contaba en otra entrada, años atrás yo trabajaba al frente de una de las oficinas de proyectos del grupo Nutresa en Colombia. Me di cuenta de que los proyectos son una de las principales fuentes de estrés en la vida. Me veía envuelto en una sábana interminable de reuniones, todas ellas eran básicamente lo mismo.
Qué deberíamos tener listo, porqué no lo teníamos listo, de quién era la culpa, para cuando iba a estar listo, cuánto nos iba a costar de más y quién lo iba a pagar.
Día tras día, semana tras semana, mes tras mes, proyecto tras proyecto.
La cosa se ponía peor cuando debía presentarle los avances al presidente de la compañía.
Esto de los proyectos sin duda era algo que realmente me llevaba a estar muy estresado aunque no lo supiera.
En esa época llegué a pesar 110 kilos, además me diagnosticaron hipertensión. A los 30 años.
IM-PRE-SIO-NAN-TE
La vida siempre manda mensajes…
Aunque muchas veces tú los ignores.
Por ese tiempo estaba llegando de unas cortas vacaciones y recibo una llamada donde me decían que un amigo estaba muy grave en el hospital.
Uno a los 30 años no espera que un amigo contemporáneo esté grave en un hospital, sobretodo porque hacía algunas semanas había hablado con él y me había dicho que todo iba muy bien y que estaba desarrollando un nuevo proyecto (no podía estar tan bien si estaba metido en un proyecto jajaja).
Y efectivamente, todo parecía indicar que llevaba ya varios meses de alto estrés, mal sueño y mala alimentación, porque había renunciado a un buen empleo para dedicarse a su nuevo proyecto, no le había estado yendo muy bien, él era el único sustento de su casa y no estaba logrando pagar todas las cuentas.
Esa tarde le había dado un dolor muy fuerte en la cabeza, había comenzado a hablar enredado y de repente…
Había caído al piso convulsionando.
¡Tremenda situación! No se la deseo a nadie.
Estando en el hospital, comencé a escuchar con mayor frecuencia la palabra estrés y quise entender qué era el estrés, cuales eras las causas, los síntomas del estrés y los tipos de estrés que existían, pero lo más importante, quería saber que tenía que ver con las enfermedades.
Hay un montón de síntomas que aparecen y que te van a permitir saber si estás estresado o no, hace algunos días escribí en detalle sobre los síntomas del estrés, te invito a leer un poco por allá.
Mi amigo había estado experimentando algunos de estos síntomas de estrés y yo también estaba experimentando muchos de ellos pero no me daba cuenta porque pensaba que ese tipo de cosas eran totalmente normales.
Hoy sé que es común, pero no tiene nada de normal.
Para mí era algo totalmente nuevo. Todo el mundo hablaba de estrés pero pocos realmente sabían de qué se trataba.
¿Dé donde sale esto del estrés?
Para saber qué es el estrés, primero debes entender un poco de donde viene y cómo fue que terminamos hablando de él
Una de las primeras cosas que tienes que entender es que tu cerebro tiene solamente una función: “Lograr que tú y la especie sobrevivan”
No es más.
Tu cerebro no está hecho para hacerte feliz, para que ganes más dinero, para que asciendas en tu empresa, para hacerte mejor amigo, para que seas mejor líder, mejor deportista, te alimentes bien o para que generes buenos resultados.
Todo eso es un beneficio adicional que podría ocurrir sistemáticamente cuando entrenas a tu mente para hacerlo.
Decidí investigar mucho y comencé a entender que el estrés era un mecanismo totalmente natural que todos tenemos.
De hecho, es un mecanismo que todos los mamíferos compartimos.
Tal vez el primero en comenzar a hablar específicamente sobre el estrés fue el doctor Hans Hugo Bruno Selye.
Digámosle Hugo solamente porque me recuerda a un jefe bastante estresante que tuve.
Bueno, pues Hugo se dio cuenta de que independientemente de la enfermedad que estuviera tratando en sus pacientes, había una serie de síntomas que se repetía con demasiada frecuencia: fatiga, pérdida de apetito, de peso, debilidad física y mental entre otros.
Nuestro amigo Hugo llamó a esto el “síndrome de estar enfermo”.
Jaaaaa, para los que creían que el estrés no tenía nada que ver con las enfermedades físicas.
Evidentemente, Hugo estaba observando los síntomas cuando ya se estaba manifestando una enfermedad, pero lo cierto es que estos síntomas del estrés aparecen mucho, mucho, mucho tiempo antes.
Ok, ya sabes cómo fue que comenzamos a darnos cuenta de esto del estrés, vamos un poco más adentro.
¿Qué es el estrés?
Sé que la vida es un campo infinito de posibilidades y por eso te voy a ofrecer varias definiciones…
El estrés es una reacción del cuerpo ante una situación real o imaginaria que interpretamos como superior a nuestras capacidades.
Es un mecanismo del cuerpo que te permite aumentar temporalmente tus capacidades para hacer frente a algo que crees que pone en riesgo tu vida.
La definición de wikipedia también me gusta:
El estrés es una reacción fisiológica del organismo en la que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada.
Para que no le demos más vueltas al asunto, te lo pongo en plastilina:
El estrés es como una especie de «turbo» que tiene tu cuerpo para cuando está en juego tu supervivencia.
Si yo se, hay un montón de preguntas que se te ocurren con esto.
Pero tranquilo, vamos a ir por partes. No sé por qué me acordé de Dexter. En fin…
¿Cómo funciona el estrés?
Imagínate que vas solo por una calle oscura tarde en la noche, de repente aparecen en la otra acera y en sentido contrario 3 hombres mal encarados y en aparente estado de embriaguez, miras hacia atrás y no hay nadie. De repente ellos te ven y se cambian de acera.
Ahora caminan frente a ti. Te miran fija y burlonamente.
Fácil, tu cerebro (que tiene solamente una función) seguramente ya hizo las cuentas, las demandas parecen muy altas y tus capacidades parecen insuficientes…
Moraleja: estás en problemas.
Esto está totalmente fuera de tu zona de confort.
Dos opciones: Luchas o huyes
En cualquier caso, tu cerebro enciende el “turbo” (o sea, inicia el mecanismo estresor)
Este «turbo» necesita un montón de energía y tu cuerpo se prepara apagando cosas que no son, digamos, tan importantes en ese momento. Se liberan cantidades enormes de adrenalina, noradrenalina y cortisol que le quitan energía a tu digestión, apagan prácticamente tu sistema inmune y detienen todo proceso de curación o reconstrucción.
Pongámoslo en términos simples, no es momento para malgastar energía procesando la carne asada que te acabas de tragar, mucho menos es momento para luchar con la gripita que te está dando y sanar esa cortada que te hiciste hace días tratando de cocinar puede esperar también.
Tu cerebro toma el altavoz y dice: «Todo aquel pendejo que no esté trabajando en cómo librarnos de estos tres borrachos, deje lo que esté haciendo y alístese porque necesitamos toda la ayuda posible»
Toda tu energía se redistribuye en milésimas de segundo…
¿Qué pasa con el cuerpo cuando hay estrés?
Tu sistema circulatorio y respiratorio se expanden, comienzas a procesar más sangre y más aire, tus pupilas se dilatan, y una de las cosas más importantes, tu capacidad para razonar y evaluar alternativas se desactiva, estás escaneando el entorno en búsqueda de amenazas y rutas de escape, estás en modo totalmente reptil.
Felicidades, estás oficialmente estresado.
Y bendito sea el estrés, esta maravilla de la ingeniería acaba de preparar tu cuerpo para hacer mejor frente a tus nuevos amigos.
Hugo estaría orgulloso de mí.
Como puedes ver, el estrés es un modo de alto rendimiento, es un «turbo» totalmente natural que nos ha permitido sobrevivir por muchos siglos.
¿Cómo me puede enfermar el estrés?
Yo la verdad no entendía cómo esto tan bueno podría haber llevado a mi amigo a estar tan pero tan grave, además no entendía que tenía que ver con todos esos síntomas que les había contado hace un rato.
Hace algunos años lo entendí y te lo voy a contar pero en la siguiente entrada porque ya me estoy extendiendo mucho…
Pues nada, como siempre lo digo, te felicito por llegar hasta acá (ya es un gran entrenamiento) y por seguir elevando tu nivel de consciencia…
¡Ya nos veremos más adelante!
¡Namaskar!
1 abrazo